miércoles, 3 de octubre de 2012

Juan Carlos I el Africanista

Gloriosa Enseña, en nombre de España y para honrar al Regimiento de Cazadores de Alcántara de Caballería que representáis y a quienes lucharon heroicamente bajo vuestros colores, me honro en imponeros la Corbata de Laureada que os ha sido concedida
Juan Carlos I

De las aficiones africanas de Su Majestad mucho se ha hablado en los últimos meses (elefantes muertos incluidos), pero me extraña que no se haya comentado más el reciente arranque de "africanismo" que ha supuesto la concesión de la Laureada al Regimiento "Alcántara" por su participación en el conocido como "desastre de Annual".


Con la que está cayendo, convocar hace escasos días, según recogió el diario La Razón, a "las principales autoridades del Estado, las órdenes nobiliarias y militares y buena parte de los ejércitos y la Armada", para rendir homenaje a la política colonialista e intervencionista llevada a cabo por España en el conocido -a principios del siglo XX- como Protectorado de Marruecos, suena hoy como un insulto a la inteligencia y a la sensibilidad.

De todos es sabido que los africanistas, animados siempre por el abuelo de Juan Carlos, Alfonso XIII, aprovecharon la guerra de Marruecos para imprimir una velocidad meteórica a sus carreras militares (Franco, por ejemplo, fue general a los 33 años), a costa de enormes sufrimientos en vidas humanas tanto de rifeños como de españoles. Y no fue casualidad que, entre los instigadores del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, se encontrasen una gran mayoría de aquellos militares africanistas.

Hoy, cuando la Asociación de Militares Españoles amenaza con llevar ante la jurisdicción castrense a quienes aboguen por la independencia de Cataluña, volver a convocar el espíritu de aquel ejército de agresión exterior y represión doméstica es un despropósito que debería ser combatido con firmeza desde unas mínimas posiciones democráticas.

¡Triste historia la de España, condenada a perder todas sus guerras, incluidas las que libra contra su propia población!

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