Julio Anguita es como el león en invierno: cuando parece que su luz mengua, todavía es capaz de dar un zarpazo decisivo. En estos días su propuesta de constitución de un nuevo Frente Cívico, superador de partidos y sindicatos, ha dado mucho que hablar en reuniones, redes sociales e Internet. Desde luego para mí tengo que el nuevo Prometeo en que se erige Julio ("asumo ser el referente de una operación política que intente cambiar el país") para nada se parece al monstruo nacido de la imaginación de Mary Shelley (en su libro
Frankenstein o el moderno Prometeo). Pero la aventura política y personal que plantea sí puede dar lugar a la aparición de otros monstruos no deseados.
La propuesta de Anguita, recogida bajo el manifiesto "Somos mayoría" (http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/2012/06/somos-mayoria.html), no es única ni estrictamente novedosa. Destaca sobre las demás por la enorme personalidad política que le da voz, pero debemos contar con otras iniciativas. A comienzos de 2011, las Mesas Ciudadanas de Convergencia ya dieron un aldabonazo para la constitución de un espacio superador del archipiélago de siglas y grupos que están en contra del neoliberalismo. En su gestación y desarrollo han tenido un importante papel personas como Armando Fernández Steinko o Carlos Martínez (http://redconvergenciasocial.org). Algunos desarrollos prácticos de esta idea se plasmaron, por ejemplo, en la constitución de una coalición para las Elecciones Generales denominada La Izquierda de Aragón, constituida por CHA, IU y la Izquierda Social, que obtuvo un Diputado por Zaragoza, Chesús Yuste, que se integra en el Grupo de La Izquierda Plural en el Congreso. El auspiciador de este proceso fue el representante de las Mesas de Convergencia en Aragón, Juan Manuel Aragüés.
No podemos olvidar tampoco la existencia de asociaciones como Socialismo 21, en este caso inequívocamente anticapitalista, pero que busca constituir un lugar de encuentro, un ámbito fraternal, que permita la coincidencia de personas organizadas o no en partidos y sindicatos. Entre sus animadores, además del propio Julio Anguita, se encuentran la plana mayor de los intelectuales vinculados a la revista El Viejo Topo.
Hoy, la propuesta que nos ocupa la lanza Julio Anguita y se sirve para su desarrollo del denominado Colectivo Prometeo de Córdoba (http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/). Se insiste hasta la saciedad en el concepto "somos mayoría", parangonable al "los de abajo" del movimiento 15-M, como centro constitutivo de un sujeto político que haga frente a la situación de crisis sistémica actual. En estos planteamientos no se encuentran incluidos conceptos como "izquierda" ni otras expresiones emparentadas con el análisis tradicional de la lucha de clases. Esa mayoría social, pues, es la que debe articularse en el nuevo Frente Cívico, sobre la base de un programa común elaborado colectivamente.
"Programa, programa, programa..." Parecería una versión 2.0 de Izquierda Unida. Pero ha desaparecido toda referencia a la ideología o siquiera a la política desde una visión de la izquierda más o menos clásica. Dado que atravesamos un momento histórico decisivo -se viene a decir-, y constatada la insuficiencia de partidos y sindicatos, se ha de dar un paso -o muchos pasos- más allá, en un proceso constituyente de ese sujeto Frente Cívico. Para ello, desde el Colectivo Prometeo (con el apoyo al parecer reciente de Socialismo 21), se anima la constitución de asambleas del Frente desde el nivel local hasta el estatal, para la elaboración del programa, único sustrato común de la alianza.
Así las cosas, la propuesta tiene la sugerencia de lo arriesgado y decidido, pero también la incertidumbre de hacia dónde puede acabar derivando. Un programa sin sujeción a unos mínimos parámetros ideológicos puede convertirse en un cajón de sastre, en el que se mezclen contenidos populistas y demagógicos, junto con otros socialmente justos. ¿No puede terminar todo en la conformación de un magma antipolítico, en el que se pierda la noción de en qué parte de la lucha de clases nos ubicamos unos y otros? No tengo la respuesta definitiva y solo el tiempo lo dirá.
En todo caso, me parece más prudente la propuesta de las Mesas de Convergencia, que busca priorizar la articulación de los espacios de lucha ya existentes, sin dar ese salto en el vacío que parece suponer la propuesta de Anguita. También será necesario que desde las organizaciones más importantes de la izquierda transformadora existente, como IU, se haga oír su voz en este debate, para avanzar hacia la constitución de un sujeto político potencialmente más transformador, pero sin perder el rumbo de los valores que deben informar una propuesta revolucionaria.