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miércoles, 10 de abril de 2013

Stalin revisitado

Colocar en el mismo plano moral el comunismo ruso y el nazifascismo, en la medida en que ambos serían totalitarios, en el mejor de los casos es una superficialidad; en el peor es fascismo.
Thomas Mann

¿Es esto posible? ¿No había quedado sentenciado Stalin para siempre como el "enorme, siniestro, caprichoso y degenerado monstruo humano", a partir del llamado Informe Secreto presentado por Krushov en el XX Congreso del PCUS? ¿O no había dejado establecido Hanna Arendt, en su obra Los orígenes del totalitarismo, que nazismo y estalinismo eran dos caras del mismo fenómeno totalitario? Y, sin embargo, un disidente, Domenico Losurdo, profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Urbino, nos invita a salirnos de los caminos trillados, a no dar nada por sentado y estudiar el fenómeno en toda su complejidad.


El libro de Losurdo, Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra (El Viejo Topo, 2011), merece una lectura reposada: el tema es apasionante y la escritura, espléndida. El autor pretende contextualizar la política de Stalin y sus colaboradores en el marco de la Revolución acosada, tanto por el enemigo exterior como por la fratricida guerra civil, lo que lleva a que la URSS viva en un continuo Estado de excepción.

El enemigo exterior es bien conocido: la agresión de las potencias imperialistas al recién nacido Estado soviético, el aislamiento internacional posterior, la agresión alemana en la Segunda Guerra Mundial y, finalmente, la Guerra Fría.

Más nos interesa el relato de los avatares de la disidencia interna y las repercusiones en la política adoptada por Stalin. Son conocidas las disputas con personajes de la talla de Trotsky, Bujarin, Zinoviev o Kamenev, entre otros. Quienes defienden la "pureza" de la revolución no aceptan la paz de Brest-Litovsk pactada con Alemania, la renuncia a continuar con una Revolución permanente allende las fronteras soviéticas, o la mengua del igualitarismo en la gestión gubernamental cotidiana.

Lo que Losurdo presenta con fuerza es que tales tesis, opuestas a un cierto "realismo político" estaliniano, no eran meras disputas doctrinales, sino que los enfrentamientos alcanzaron grandes dosis de violencia y el uso del terror por ambas partes.

Para dar viveza a la estampa propuesta, Losurdo acude al testimonio del prestigioso escritor Curzio Malaparte, que en las páginas de su libro Técnica del golpe de Estado (1931) señala: "La historia de la lucha entre Stalin y Trotsky es la historia del intento de Trotsky de adueñarse del poder [...], es la historia de un fallido golpe de Estado. [...] Su violencia polémica y su orgullo cínico y temerario, hacen de él una especie de Bonaparte rojo respaldado por el ejército, por las masas obreras y por el espíritu de rebeldía de los jóvenes comunistas contra la vieja guardia del leninismo y el alto clero del partido".

El resto es bien conocido: los conspiradores pierden la partida y Stalin desencadena los procesos de Moscú y el período conocido como el Gran Terror. Losurdo no oculta la presencia de lo que denomina "universo concentracionario" o incluso el uso de métodos terroristas por parte del estalinismo, pero busca contextualizarlo en el marco de una feroz disputa en que las diversas partes luchan denodadamente por el poder.

La contextualización de la violencia estaliniana se acompaña del ensalzamiento de su papel como director de la resistencia contra el nazismo, decisiva para la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Y para ello el autor acude a testimonios laudatorios de personajes tan lejanos ideológicamente como Churchill, De Gasperi o Croce.

En definitiva, el texto propuesto es sin duda polémico, pero útil porque nos obliga a repensar la historia. Es cierto que Losurdo no justifica los crímenes estalinianos, aunque también es verdad que pasa de puntillas sobre ellos. Su intención es otra: pretende nadar contra corriente, con todos los riesgos que ello comporta, a costa de ofrecerse como blanco perfecto para las críticas provenientes de uno y otro lado del espectro ideológico. En todo caso, léanlo y opinen por ustedes mismos.

jueves, 21 de marzo de 2013

¿Para qué sirven los filósofos?

A Juan Manuel Aragüés,
filósofo de los tiempos posmodernos

Esa es la pregunta que se plantea Antonio García Vila en su magnífico artículo publicado en el número 302 de la revista El Viejo Topo. El texto arranca con una referencia al libro recientemente publicado por Carlos Fernández Liria, ¿Para qué servimos los filósofos? (Libros de la Catarata, 2012).


Como señala la propia nota editorial, "Ante la pregunta de para qué sirve la filosofía, Carlos Fernández Liria nos responde con una paradoja: para nada y para gobernar. Según afirma en este libro, lo propio de la filosofía es que no sirve para nada y, sin embargo, precisamente por eso desde Sócrates y Platón se pensó que servía para gobernar. Más tarde, con la filosofía de la Ilustración se creyó que ese sueño estaba a punto de hacerse realidad, traduciéndose en un modelo político que, desde la Revolución francesa, ha sido nuestro referente más irrenunciable. El imperio de la razón es el intento de poner el mundo a la altura de la verdad, la justicia y la belleza; tres ideas platónicas tras las que se esconde un lema: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, con el que se guillotinó a un rey y se cambió para siempre el espectro político de la humanidad. Así, tras explicar cómo, ahora, hemos regresado a la Edad Media, convertidos en siervos de unos amos locos y tiránicos que se llaman a sí mismos “los mercados”, el autor no duda en afirmar que, aunque la filosofía jamás hubiera contemplado una derrota semejante de sus aspiraciones políticas, sigue siendo imprescindible para diagnosticar la gravedad de lo que está ocurriendo y para presentar batalla en la lucha que tenemos por delante. El lector encontrará en esta obra una explicación sin tecnicismos de la importancia de los filósofos y la filosofía y su conexión con el mundo en que vivimos".

Me parece especialmente pertinente la mención a ese retorno a la Edad Media al que nos conduce irremisiblemente el capitalismo desbocado que padecemos. Y como señala el propio Fernández Liria, "la derrota del comunismo ha dejado a la humanidad en un callejón sin salida, al borde de un abismo. Y la única solución posible, en realidad, sigue siendo, de nuevo, el comunismo, más comunismo".

No me extraña que el Ministro anti-educación, señor Wert, haya decidido cargar contra la enseñanza de la filosofía en su proyecto de contrarreforma legal. Filósofos como el propio Fernández Liria que, en colaboración con Luis Alegre Zahonero, han publicado textos tan provocadores como Educación para la ciudadanía: democracia, capitalismo y Estado de Derecho, sin duda deben ser catalogados como non gratos por los defensores de la educación de mercado que hoy se nos quiere imponer.


Es preciso, pues, saludar iniciativas como las lecturas públicas o las concentraciones que, en defensa de la filosofía, han convocado asociaciones como la Sociedad Aragonesa de Filosofía, en Zaragoza, o más en general la Red Española de Filosofía. Podemos y debemos seguir pensando que, como los filósofos "no sirven para nada", en realidad son los más imprescindibles para evitar que caigamos ya derrotados en el interior de nuestras mentes, la cárcel con rejas más dolorosas.

lunes, 11 de marzo de 2013

Alberto Garzón visita Zaragoza

Alberto Garzón, economista crítico y Diputado de IU en el Congreso, visita de nuevo Zaragoza, para pronunciar una charla-debate, el próximo sábado 16 de marzo, a las 19:30 horas, en el Centro de Historias, bajo el título "Hay alternativas", en la clausura del ciclo "Organizando la resistencia".


Garzón ha participado en la publicación de volúmenes colectivos, como los titulados Hay alternativas y Lo que España necesita, en colaboración con Vicenç Navarro y Juan Torres, o ya en solitario ha dado a la prensa el ensayo Esto tiene arreglo. Durante estos días es novedad editorial su último libro, La gran estafa, que será presentado en la librería La Pantera Rossa, el mismo día, a las 17 horas.


La gran estafa, como señala su introducción, "interpreta la actual crisis económica como un extraordinario saqueo de las finanzas públicas y los bolsillos de los ciudadanos por parte de un sector minoritario de la sociedad".

La esperanza del autor es que "al comprender la naturaleza del sistema financiero actual y, más generalmente, del sistema económico capitalista, el lector transforme la frustración social imperante en esperanza y motivación para sumar fuerzas con el objetivo de superar el actual y criminal sistema económico y encontrar una forma más justa de organizarnos como sociedad".

miércoles, 16 de enero de 2013

Marx y el suicidio

El filósofo argentino, residente en España, Nicolás González Varela, ha preparado la edición de un texto poco conocido de Marx, bajo el impactante título de Sobre el suicidio.



Como señala el editor, en esta obra "Marx ilustra los aspectos anómalos, desnaturalizados y contradictorios de la vida moderna, de la existencia bajo el Capital, de la alienación que nos lleva al suicidio, y que afecta no sólo a las clases desposeídas, sino a todas las esferas y manifestaciones de las relaciones humanas. Incluso hoy en día estas historias se nos presentan con una descarnada actualidad".

Se trata de un texto de intervención política del Marx joven que resulta, como indica el propio González Varela, "de enorme actualidad en España, uno de los países más neoliberales de Europa, en el cual desde el inicio de la crisis capitalista en 2008 el suicidio es la principal causa de muerte externa de sus ciudadanos, más que los accidentes de tráfico. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística cada año se quitan la vida 3.145 personas, es decir, casi nueve personas al día".

Uno de los puntos de interés que el editor destaca para sacar a la luz este texto en castellano es la atención a un problema como el de la opresión de género, que padece doblemente (en sus formas económica y familiar) la mujer, aspecto infrecuentemente abordado dentro de la inmensa producción intelectual de Marx.

Para el Prometeo de Tréveris, el suicidio es un fenómeno multiclasista, socialmente transversal, pero que se intensifica en aquellos que solo tienen para intercambiar en el mercado su fuerza de trabajo.

Cuando hace poco menos de un año el Diputado de IU, Gaspar Llamazares, denunció el incremento de los suicidios en España tras la eclosión de la actual crisis capitalista, fue recibido por parte de algunos representantes de la caverna mediática con epítetos descalificadores ("Llamazares desvaría", diario La Razón). Poco importaba que los datos que manejaba el Diputado por Asturias procedieran de una fuente tan prestigiosa como la revista The Lancet.

Esperemos que la edición de un clásico de entre los clásicos, como es Marx, permita reabrir un debate que desafortunadamente nos golpea un día sí y otro también, con escenas de desahuciados o parados poniendo fin a sus días en medio de la desesperación.

lunes, 1 de octubre de 2012

Adiós a Eric Hobsbawm

Acaba de fallecer, a los 95 años de edad, el historiador marxista británico Eric Hobsbawm, maestro de varias generaciones de historiadores y militante comunista durante décadas, en un país bastante hostil para con esa tradición política. A continuación reproduzco un artículo de homenaje escrito por José Carlos García Fajardo, aparecido en la web de Público.


José Carlos García Fajardo
Periodista y Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid
 


Hay muchos libros acerca de los grandes acontecimientos históricos del siglo XX: revoluciones, guerras, crisis económicas... Pero no hubo hasta 1994 una auténtica Historia del siglo XX como ésta, que los enlaza todos en una perspectiva global. Hobsbawm ha enseñado a varias generaciones que la Historia no se construye a base de sucesos históricos, sino gracias a cómo conectamos esos hechos y les damos significado.

Para abarcar un panorama tan complejo se requería alguien con la erudición y la sensibilidad de Eric Hobsbawm; alguien que, como él, ha vivido el siglo: que estuvo en Berlín cuando Hitler era proclamado canciller y en Moscú después de la muerte de Stalin; que ha conocido los movimientos revolucionarios de América Latina y ha convivido en Cambridge con Turing o con los descubridores de la estructura del ADN.

Honor y reconocimiento a este otro gran judío universal: sabio, polifacético, cultísimo, marxista, agnóstico y ateo, según sus fases, políglota y lector impenitente. Nació en 1917 y se educó en Viena, Berlín, Londres y Cambridge. Fellow de la Academia Británica y de Academia Americana de Ciencias y Artes, con decenas de doctorados y de grados honoríficos, publicó una serie de libros imprescindibles. Dio clases hasta su retiro en el Birkbeck College de la Universidad de Londres y desde entonces en la New School for Social Research in New York.

Su impresionante trilogía incluye The Age of Revolution, The Age of Empire, y Age of Extremes, el maravilloso Corto siglo Veinte 1914-1991, que después siguió ampliando y comentando hasta el final de sus días.

No me siento triste ni lamento su muerte a sus 95 años. Vivir hasta morir es vivir lo suficiente y Hobsbawm "cumplió sus días". Y así espero que lo recuerden y evoquen los centenares de periodistas que pasaron por mis clases de Historia universal contemporánea y de Historia del Pensamiento político durante los últimos quince años. Fue uno de nuestros autores de cabecera.

jueves, 9 de agosto de 2012

Las sombras de la fe cristiana

Gonzalo Puente Ojea, miembro de la carrera diplomática y ex Embajador de España ante la Santa Sede, es uno de los intelectuales más rigurosos y lúcidos en el análisis de las religiones como aparatos ideológicos y de poder. Su minuciosa aportación sobre el origen del cristianismo ha permitido distinguir los datos de la historia de las astutas operaciones dogmáticas que condujeron a la creación de una nova religio al servicio siempre de los más poderosos. Libros como El Evangelio de Marcos. Del Cristo de la fe al Jesús de la historia o el más reciente La existencia histórica de Jesús. Las fuentes cristianas y su contexto judío son de lectura imprescindible en un país como el nuestro todavía fuertemente impregnado de nacional-catolicismo.


Los escolares españoles y el público en general deberían conocer los resultados de las rigurosas investigaciones que aclaran la "invención paulina" de una religión cristiana edificada sobre la tergiversación de un personaje histórico, Jesús de Nazaret, desprovisto de su contexto. Pablo de Tarso y sus seguidores greco-latinos construyen un relato al servicio de sus intereses, basado en los ritos mistéricos helenísticos, totalmente alejados del Jesús de la historia, Mesías del pueblo judío.


De esta manera Jesús, profeta primero, Mesías después, y siempre figura revolucionaria contra el orden romano establecido en Palestina, se ve desprovisto de sus principales aristas, para evolucionar hacia la creación de un personaje sobrenatural, mitad hombre, mitad dios, que ya no exige la instauración del Reino de Dios sobre la tierra, sino que advertirá que su reino ya no es de este mundo. Así se configura una nueva religión que no solo no cuestiona el orden establecido, sea el Imperio de Roma, el carolingio, o la España de Franco, sino que se aliará de forma inextricable con él. A los humillados y excluidos les toca la ciega obediencia a los poderes políticos y religiosos, y su consuelo ante tanta resignación será alcanzar tras su muerte una vida eterna en otro mundo espiritual.

La flagrante adulteración de los hechos históricos al servicio de los intereses de los poderosos ha intentado ser ocultada del debate intelectural, primero, durante muchos siglos, por la coerción de los aparatos políticos-religiosos (Santo Oficio, hogueras calvinistas), y hoy, por el silenciamiento de los grandes grupos de comunicación, controlados en muchos casos por los sectores más reaccionarios. Pero afortunadamente en estos momentos podemos encontrar publicaciones tan desveladoras como las aquí comentadas, cuyo conocimiento serviría para despejar las sombras de una fe arcaica bajo la potente luz de la razón y la historia.

Llama la atención que un personaje de la talla de Puente Ojea no tenga un mayor reconocimiento público. Pero qué esperar de un país que ha conocido el nombramiento de dos Embajadores ante la Santa Sede, por parte de un Gobierno del mismo partido, el PSOE, de perfiles tan disímiles como los de Gonzalo Puente Ojea (1985-1987) y Francisco Vázquez (2006-2011). Este último, típico ejemplo de Alcalde de ordeno y mando, nacionalcatólico y autoritario, parecería casar mal con un partido que todavía se dice de izquierdas, pero con sus hechos desmiente cualquier proclama. Sin embargo, Puente Ojea, nombrado Subsecretario por aquel Ministro de Exteriores, Fernando Morán, pronto defenestrado por su propio partido, sí que ha constituido un ejemplo de coherencia intelectual y compromiso personal dignos de cualquier causa avanzada. Hoy nuestro mejor homenaje es la lectura y difusión de su abundante producción ensayística.