La Librería Cálamo cumple treinta lozanos años, el inicio de su madurez. Paco Goyanes aúna las condiciones del perfecto librero con las del inquieto agitador cultural, un cóctel inmejorable. Os acompaño una reseña que Heraldo de Aragón dedica a la efeméride. ¡Felicidades!
La palabra Cálamo tiene varias
acepciones: es una flauta antigua, una caña y es,
también, una pluma de ave o de metal para
escribir. Este vocablo tan polisémico ha dado nombre a una
de las grandes librerías zaragozanas y españolas, fundada por
Francisco
Goyanes en octubre de 1983, hace ahora 30
años. Desde entonces, Cálamo, con Goyanes y todo su equipo, ha
desplegado una intensa labor de agitación cultural que se ha
visto recompensada en varias ocasiones. En su palmarés, repleto
de distinciones, destacan por ejemplo los premios a la mejor actividad
cultural, promovida por librerías, de 1989 y al de Mejor Librero
de 2001, ambos otorgados por CEGAL y el Ministerio de
Cultura. Goyanes fue designado Hijo Predilecto de
Zaragoza en 2010.
Cálamo, desde sus orígenes, siempre ha apostado por la especialización y
por un servicio de cercanía con el cliente. Afirman: “Reivindicamos el
viejo espíritu librero: nos gusta hablar con nuestros clientes,
conocerlos como lectores y aconsejarles”.
Su campo de acción son
las humanidades (pensamiento, historia, la literatura), el
arte (durante años, Cálamo tuvo una librería especializada en
arte y diseño en el Palacio de Sástago), los viajes
(también contó con una agencia) y los idiomas, entre
otras cosas. Ha tenido un establecimiento específico de literatura
infantil y juvenil y de francés, que ahora ha trasladado a la plaza de
San Francisco, cerca de su sede central. E incluso ha
participado en dos sellos editoriales.
Cálamo ha hecho
muchas cosas en
estos treinta años. Ha organizado presentaciones de libros,
exposiciones artísticas y bibliográficas, conciertos, lecturas
públicas, cuentacuentos para niños, cursos de escritura, etc. También ha
innovado: ha organizado fiestas especiales o ha cambiado, el 23 de
abril, la rosa por la borraja. Y han rendido, en los peldaños de su
escalera, homenajes a escritores, impresores o artistas: como José
Luis Rodríguez, Manuel Vilas, Francisco y Stela Boisset. Hace
doce años, Paco Goyanes y su equipo, siempre en colaboración con
distintas instituciones, crearon los Premios Cálamo, que votan en parte
sus clientes y que han recaído en importantes escritores y artistas:
Isidro Ferrer, Almudena Grandes, Peter Stamm, Rafael Chirbes, Alberto
Ruy Sánchez, Javier Reverte, Juan José Saer, John Berger, Javier Cercas,
Cristina Fernández Cubas, José María Conget, José Luis Peixoto, Antonio
Ansón, Manuel Rivas, Javier Delgado, Kim y Antonio Altarriba, Joaquín
Berges, Santiago Auserón, Gervasio Sánchez o Javier Sebastián,
entre muchos otros. La cena de los Premios
Cálamo reúne a más de 200 personas.
A la vez,
Cálamo se ha
significado en el apoyo a las editoriales independientes,
“dándoles visibilidad en sus estanterías, en su web,
en su ‘Agenda mensual’” y ahora también en sus medios
audiovisuales. También tiene un vínculo especial con la Feria de
Guadalajara (México) y en su afán de renovación de búsqueda, con la
editorial Nórdica y con la Vinatería El Rincón del Arpa (Tarazona), ha
creado el portal www.vinosylibros.com.
Una de sus características ha sido un toque de distinción y
el mimo indesmayable al oficio y a los buenos libros.
Esta tarde y esta noche, en el
Teatro de la Estación,
Cálamo organiza un homenaje a los libreros y a las librerías,
a las 20.00, bajo el epígrafe ‘Ronda de opiniones. Librerías:
pasado, presente y futuro’, donde habrá lecturas breves de tres
minutos como máximo de “escritores, editores, distribuidores, artistas,
clientes, bibliotecarios, obreros”, etc. A las 22.00 se celebrará una
fiesta de libre acceso en la misma sede del Teatro de la Estación, en la
calle C. /Domingo Figueras Jariod, 8-10). Paco Goyanes, Ana
Cañellas y León Vela afirman: “A una crisis económica profunda y
dolorosa a la que no se le ve una pronta salida –la verdad, no nos
creemos mucho lo que los poderes públicos pregonan-, se añaden
transformaciones radicales en la producción cultural y en sus formas de
transmisión y consumo”. Pese a todo, añaden: “Podemos estar preocupados
pero en absoluto inertes, paralizados y aburridos. Celebremos
la vida y que nos quiten lo bailado: somos y seremos. Y fiestas
no dejemos pasar ni una”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario