jueves, 22 de noviembre de 2012

Un colectivo de hombres justos

¿Y si fuesen diez los justos que halláreis en Sodoma?
- En ese caso, no destruiré la ciudad por amor a esos diez justos.
Libro del Génesis

Victorio Sevilla ha puesto voz a un colectivo de sacerdotes comprometidos con su tiempo en la búsqueda de una liberación humana que traiga paz y justicia a un mundo golpeado por la violencia y la desigualdad.


Quienes conocemos a Victorio sabemos de su coherencia y valentía, arriesgando incomprensiones dentro de una Iglesia Católica cuya jerarquía parece solo preocupada por el control de la moral sexual, mientras se desentiende de la pérdida constante de derechos de los más empobrecidos. Su voz y su ejemplo sirven de argamasa para fraguar una alianza de los de abajo que acabe con tantas agresiones del neoliberalismo. Hasta el Dios de la cólera se apiadará ante el ejemplo de este grupo de hombres justos.

El colectivo de sacerdotes 'clubenitos' de la Diócesis de Zaragoza ha considerado este miércoles que las medidas propuestas por el Gobierno ante el problema de los desahucios son "injustas, inmorales y antievangélicas" porque las personas "están antes que el dinero"
 
En declaraciones a los medios de comunicación, en un acto celebrado en la Parroquia de San Mateo Evangelista de Zaragoza, los sacerdotes Victorio Sevilla, Jesús Borao, Álvaro Franch y Gonzalo Gonzalvo Ezquerra, han advertido de que "no estamos de acuerdo en absoluto" con el decreto de medidas urgentes para paliar los efectos de los desahucios.

En su opinión, es "profundamente inmoral, discriminatorio" y "mucho peor" que las propuestas de buenas prácticas que se impulsaron hace algún tiempo, ya que no se incluyen opciones como la dación en pago o el alquiler social. 

Estas medidas "no llegan a la mayoría de la gente que ahora está en proceso de desahucio", han señalado, para comentar que también es "discriminatoria" la propuesta de dar residencia a ciudadanos extranjeros si compran un piso de 160.000 euros, porque "puede ocasionar todo un sistema corrupto".

En Aragón, entre enero y junio 1.435 familias han sido desahuciadas y en los últimos días se han producido tres suicidios en España por esta causa, han apuntado, para agregar que desde el comienzo de la crisis se han producido 350.000 ejecuciones hipotecarias que suponen "una condena de por vida" para quien las sufre, ya que no sólo son expulsados de su vivienda, sino que además "mantienen la deuda con los bancos", impidiendo que tengan un nuevo comienzo y obligándoles "a vivir de la caridad de familiares e implicando en su deuda a quienes les avalaron"

 Ante esta situación, han exigido una moratoria "desde ahora mismo" para todos los afectados "y la retroactividad para los cientos de miles de familias afectadas ya desde el comienzo de la crisis".

Álvaro Franch ha subrayado que como sacerdotes "queremos estar cerca de las personas que lo pasan peor en la sociedad", al tiempo que ha recordado que "todos hemos de vivir de la manera más digna posible y una de las cosas que todos necesitamos es tener una vivienda donde poder seguir desarrollándonos como personas". 

Por ello, acompañan a las familias y apoyan las reivindicaciones y movilizaciones de la plataforma Stop Desahucios "que está poniendo rostro a las familias que conocemos" y que sufren este problema y cuya lucha social está "dando frutos" ante la "avaricia del sector financiero" y con los dos grandes partidos que se han visto "superados por la realidad".

 Además, desde organizaciones como Cáritas se presenta ayuda, ha señalado Gonzalo Gonzalvo, para comentar que en el barrio de Santa Isabel de la capital aragonesa también han visto como muchas familias "a veces se arreglan con el banco pero otras han tenido que marcharse y viven donde pueden. La situación es dura", ha lamentado. 

En todos los casos son "rostros concretos de familias" como las de Silvio, Margarita, Gloria o Javier "que están viviendo una experiencia dolorosa", ha afirmado Victorio Sevilla

En la Parroquia de San Vicente Martir, en San José, ha detallado Jesús Borao, "estamos ayudando a doce familias que mandaban a sus hijos a la escuela sin desayunar" y cada lunes "recibimos a gente" que pide ayuda ante sus problemas, muchos de ellos relacionados con la vivienda.

Gonzalo Gonzalvo ha explicado otro ejemplo de ayuda que llevan a cabo los curas de Bilbao que "están mirando las casas parroquiales que están libres en la Diócesis para ponerlas a disposición de la gente" y solicitar luego al resto de fieles que si tienen dos viviendas y una de ellas está libre "la pongan en alquiler".

Álvaro Franch ha observado que la crisis está haciendo a las personas "más solidarias" y se ha recuperado costumbres como "la ayuda entre vecinos. En las Fuentes hay vecinos que han pagado el alquiler de un mes a otro que no podía o que han perdonado el gasto de la comunidad" a quien no podía afrontarlo. 

Estas eran prácticas habituales "cuando éramos jóvenes, pero que se han ido perdiendo en esta sociedad mal llamada del bienestar. Hay que crear una sociedad urbana más humanizada, ha manifestado el sacerdote Álvaro Franch.

 El colectivo de sacerdotes 'clubenitos' surgió en los años 70 en Híjar (Teruel) y reúne "a un grupo de curas amigos" que apuestan por una iglesia "más participativa" y porque las parroquias sean "una comunidad viva y comprometida con los problemas de la sociedad, buscando una iglesia más democrática y acompañando a la gente en sus decisiones". El grupo toma su nombre de su lugar de reunión, el Monasterio de San Benito.

1 comentario:

  1. Me caen bien estos curas y esto es raro para mi, los encuentro muy humanos y sensibles con la sociedad.
    Os felicito.

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