jueves, 21 de marzo de 2013

¿Para qué sirven los filósofos?

A Juan Manuel Aragüés,
filósofo de los tiempos posmodernos

Esa es la pregunta que se plantea Antonio García Vila en su magnífico artículo publicado en el número 302 de la revista El Viejo Topo. El texto arranca con una referencia al libro recientemente publicado por Carlos Fernández Liria, ¿Para qué servimos los filósofos? (Libros de la Catarata, 2012).


Como señala la propia nota editorial, "Ante la pregunta de para qué sirve la filosofía, Carlos Fernández Liria nos responde con una paradoja: para nada y para gobernar. Según afirma en este libro, lo propio de la filosofía es que no sirve para nada y, sin embargo, precisamente por eso desde Sócrates y Platón se pensó que servía para gobernar. Más tarde, con la filosofía de la Ilustración se creyó que ese sueño estaba a punto de hacerse realidad, traduciéndose en un modelo político que, desde la Revolución francesa, ha sido nuestro referente más irrenunciable. El imperio de la razón es el intento de poner el mundo a la altura de la verdad, la justicia y la belleza; tres ideas platónicas tras las que se esconde un lema: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, con el que se guillotinó a un rey y se cambió para siempre el espectro político de la humanidad. Así, tras explicar cómo, ahora, hemos regresado a la Edad Media, convertidos en siervos de unos amos locos y tiránicos que se llaman a sí mismos “los mercados”, el autor no duda en afirmar que, aunque la filosofía jamás hubiera contemplado una derrota semejante de sus aspiraciones políticas, sigue siendo imprescindible para diagnosticar la gravedad de lo que está ocurriendo y para presentar batalla en la lucha que tenemos por delante. El lector encontrará en esta obra una explicación sin tecnicismos de la importancia de los filósofos y la filosofía y su conexión con el mundo en que vivimos".

Me parece especialmente pertinente la mención a ese retorno a la Edad Media al que nos conduce irremisiblemente el capitalismo desbocado que padecemos. Y como señala el propio Fernández Liria, "la derrota del comunismo ha dejado a la humanidad en un callejón sin salida, al borde de un abismo. Y la única solución posible, en realidad, sigue siendo, de nuevo, el comunismo, más comunismo".

No me extraña que el Ministro anti-educación, señor Wert, haya decidido cargar contra la enseñanza de la filosofía en su proyecto de contrarreforma legal. Filósofos como el propio Fernández Liria que, en colaboración con Luis Alegre Zahonero, han publicado textos tan provocadores como Educación para la ciudadanía: democracia, capitalismo y Estado de Derecho, sin duda deben ser catalogados como non gratos por los defensores de la educación de mercado que hoy se nos quiere imponer.


Es preciso, pues, saludar iniciativas como las lecturas públicas o las concentraciones que, en defensa de la filosofía, han convocado asociaciones como la Sociedad Aragonesa de Filosofía, en Zaragoza, o más en general la Red Española de Filosofía. Podemos y debemos seguir pensando que, como los filósofos "no sirven para nada", en realidad son los más imprescindibles para evitar que caigamos ya derrotados en el interior de nuestras mentes, la cárcel con rejas más dolorosas.

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