lunes, 15 de octubre de 2012

El Viejo Topo número 297

Otra vez está aquí el paciente topo que horada la tierra bajo nuestros pies, socavando -sin nosotros apenas sentirlo- el desorden establecido. La revista dirigida por Miguel Riera nos presenta un nuevo y suculento festín preparado al gusto de los paladares más críticos.



El plato principal es el dossier que con toda justicia se dedica al llorado Paco Fernández Buey. Un emotivo in memoriam nos acerca a su figura: "Como todos los grandes, los verdaderamente grandes, Paco vivió con discreción, sin estridencias. Dispuesto a echar una mano, sin que se enterara la otra. Pero, eso sí, con firmes convicciones que jamás lo abandonaron. Si hubiera que sintetizar en una frase su compromiso político y humano, podría ser esta: luchó siempre por los de abajo". Siguen dos emotivas semblanzas, a cargo de Salvador López Arnal y del propio Miguel Riera, y los dos artículos de Fernández Buey que aparecieron en el primer número del El Viejo Topo, en 1976, y en el primer número de la nueva etapa, en 1993, respectivamente.

De plato picante podríamos calificar la aportación de Jorge Verstrynge "Proteccionismo, Estado, Nación, Europa...". Una idea sugerente, recogida del Premio Nobel Maurice Allais, es la consideración de que vivimos una "crisis provocada por el libre-cambio que implica, en nombre de la competitividad, alinear los salarios sobre los salarios de los países que más bajos salarios pagan...". A partir de ahí su apuesta porque sea el proteccionismo europeo el punto sobre el que se pueda desanudar el círculo vicioso al que estamos encadenados. Mucho más polémica es la afirmación de Verstrynge de que ese proteccionismo debería también extenderse respecto a lo que él llega a considerar como "inmigración enloquecida" o a utilizar conceptos como el de "exceso de inmigrantes". Ahí se sitúa en las fronteras de un discurso populista de peligrosos resabios xenófobos.

Y de postre una nueva provocación intelectual de la mano del filósofo esloveno Slavoj Zizek, bajo el título "Dictadura del proletariado en Gotham City". La última entrega de la saga de Batman ofrece -a los ojos de Zizek- una lectura ideológica en relación con la toma del poder por parte de las clases populares. Como poco, un escrito sugestivo y estimulante que nos hará levantar los ojos de las páginas de la revista con una sonrisa pintada en nuestro rostro.


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