lunes, 13 de mayo de 2013

Altaïr desaparece

Soy suscriptor de la revista Altaïr desde que en un lejano marzo de 1999 una fascinante portada me impelía a viajar -aunque fuese con la imaginación- al Perú. Desde entonces, han aparecido 82 números monográficos con los más diversos destinos del mundo. Sus contenidos desbordaban la mera adición de recomendaciones trilladas, para acabar convirtiéndose en auténticas referencias etnográficas, culturales, geográficas, imprescindibles para el buen viajero.


Todavía me encontraba diseccionando su número de marzo, dedicado a Londres, cuando recibo un correo electrónico de su redacción anunciando el cierre de la revista. Su lectura me ha impactado. Otro proyecto cultural, con mayúsculas, sacrificado en el altar de las tres crisis: la crisis-estafa, que nos sacude a todos en forma de paro y bajos salarios; la crisis de la cultura en España, en el centro de mira de un Gobierno revanchista; y la crisis de las publicaciones en papel, debido al auge de Internet.

Hace poco otro bloguero aragonés, ex compañero del Parlamento autonómico y hoy flamante Diputado de La Izquierda de Aragón en el Congreso, Chesús Yuste, escribía un interesante artículo en el monográfico sobre Irlanda de junio de 2012. Ahora ya sabemos que el número que se pondrá a la venta el 23 de mayo, sobre los Parques Nacionales de los Estados Unidos de Norteamérica, será el último.


Tenemos el consuelo de que la web altair.es, su editorial, sus librerías y la agencia de viajes Orixà nos seguirán acompañando, pero echaremos de menos ese envío bimestral que nos abría las puertas del mundo entero. ¡Salud y suerte a los compañeros y compañeras de Altaïr! Os acompaño su último comunicado.


No decimos adiós, pero sí hasta pronto

Avanzamos el editorial que hemos preparado para el próximo número de la revista Altaïr, que estará a la venta el 23 de mayo.

Algunas veces hay que dar un paso hacia atrás para encadenar tres adelante. Abrimos un paréntesis. Durante catorce años, desde la primavera de 1999, hemos compartido esta aventura editorial con vosotros, los lectores. Ha sido un proyecto contracorriente: una revista que entiende el viaje como la manera más hermosa de acceder a la complejidad del mundo, basada en la curiosidad y el respeto a todas las culturas. Nunca renunciaremos a esos principios, porque creemos en ellos. Son los que nos justifican, dan sentido a Altaïr.

Duele aceptar que la crisis económica —que nos lastima a todos— logró doblegar nuestra capacidad de resistencia. Nos hemos conmovido cada vez que un suscriptor se dio de baja, no por insatisfacción con la revista, sino debido a la pérdida de su empleo o a la disminución de su salario. Implicados en esa debacle, hemos arrimado el hombro para facilitar vuestra continuidad como lectores: no actualizamos el precio de venta al público de Altaïr desde su nº 32, en noviembre de 2004, hace más de ocho años. Sabemos que no os podemos pedir más, pero... tampoco somos capaces de aguantar solos una bajada de ingresos que supera nuestro límite. Eso no quiere decir que Altaïr desaparezca. Solo abrimos un período de reflexión, en busca de otro enfoque que nos permita seguir adelante. Quizá con otra periodicidad, tal vez en formato digital, aún no lo sabemos. Pero sí tenemos claro qué queremos transmitir. También, que nos debemos a las personas con quienes compartimos una sensibilidad: vosotros, lectores. Por eso, aunque ahora nos alejemos de los quioscos o los buzones, deseamos seguir vertebrando la Comunidad de viajeros forjada estos años.

Hubiéramos preferido saludaros con otro editorial, uno que glosara los atractivos de los Parques Nacionales de Estados Unidos. La excepcionalidad de la situación lo impide. Como consuelo, nos quedan la ilusión de que el número satisfaga vuestras expectativas y la certeza de que esto no es un “¡hasta siempre!”, sino un comprometido “¡hasta pronto!”.

En el próximo número se incorporará toda la información referente a la resolución de las suscripciones y las posibilidades al respecto.

El equipo ALTAÏR.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por los ánimos, Jesús.

    Ya ves, chico, somos otra víctima de la maldita crisis. Ojalá seamos los últimos, aunque ese es un deseo, no un pronóstico. Y me muerdo la lengua para no extenderme.

    Te envío un gran abrazo. Ojalá nos volvamos a encontrar en algún rincón fresquito y aireado del camino.

    Pepe Verdú
    Casiexdirector de Altaïr

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    1. Querido Pepe y resto de colaboradores de "Altaïr", ha sido un placer seguir vuestras publicaciones. Siempre quedarán guardadas en el mejor rincón de nuestra biblioteca. Y como el camino es largo (ya lo decía Llach en su "Viatge a Itaca"), nos encontraremos a la vuelta de cualquier recodo. Un fuerte abrazo.

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